Un año entre luces y sombras

En mi caso el 2011 ha estado marcado por las elecciones municipales y como otros muchos españoles de clase media por una crisis que nos ha hecho perder una buena parte del valor del patrimonio familiar, mientras que los políticos del PPSOE siguen viviendo a cuerpo de rey. La "pre" y la campaña electoral me ha servido para constatar la lealtad de algunos amigos y colaboradores, especialmente la de Javier Garcia. También, he forjado una buena amistad con gente con la que no comparto totalmente sus ideas, pero si una buena parte de ellas. Así mismo, quiero hacer una mención especial de Joaquín Moreno, una excelente persona que ha sido un gran amigo pese a los pocos meses que nos tratamos y con el que trabe unos lazos de amistad muy especiales, así como con su hijo Ximo y toda su familia. En cuanto a las elecciones hicimos todo lo que estaba en nuestras manos, aportando tiempo, dinero, trabajo, esfuerzo, entrega y compromiso. La parte mas negativa fue conocer el rostro mas oscuro de gente como Vicente Ibor, que por seguir trepando en su carrera política son capaces de hacer lo peor de lo peor sin importar los medios utilizados con tal de salvar su perfumado culo. Todo lo que gira alrededor de este personaje es mentira, falso y siniestro. Es un mal ciudadano. Otros "personajillos" con los que también he decidido cortar la relación por unas razones o por otras y que a los que ni tan siquiera saludo por la calle para no traicionar mi dignidad son: Alejandro Gutiérrez, Jesús González, Eva Mateu, Vicente Soler y José Ibáñez. Supongo que Ibáñez estará arrepentido y tal vez algún día hablemos de nuevo. De "Jaimito" que os voy a contar, que es un pobre hombre que fue manipulado por un misero y despreciable ser, y que tenia más miedo que otra cosa del que él llamaba el sheriff. Lo peor es que al fin y al cabo no ha sacado ni una peseta de todo esto. Y podría exprimirlos, por cierto. Para finalizar, quiero dar las gracias a todos los que me apoyaron a pesar de todo con su voto. También quiero recordar a los navegantes, que de una manera u otra algún día y no muy lejano ajustaremos las cuentas pendientes, porque no podemos permitir que nos pisen, porque tal vez pueden pensar por error que pueden pisar a todo el mundo. Y eso no lo vamos a permitir nunca jamás. Palabra.