Por desgracia, en este pasado mes de Marzo he vivido el ingreso en dos ocasiones de un familiar cercano en un hospital de los gestionados por nuestro maravilloso Conseller de Sanidad, Manuel Cervera. Este hospital debe funcionar poco mas o menos como el resto, es decir mal. Tengo que reconocer por otra parte que en cuanto al personal sanitario el trato en términos generales ha sido bueno, excepto en algún caso aislado. En cuanto a la entrada por el Servicio de Urgencias es un absoluto caos el que viven cientos de ciudadanos diariamente en los hospitales de nuestra región, las esperas son eternas, las horas pasan lentamente en el reloj a la espera de resultados de análisis, placas y otras pruebas medicas, como en la canción de Mecano "unos entran y otras van saliendo". Nadie te puede informar porque nadie sabe nada, en ocasiones los turnos de relevo cambian y tus papeles se quedan colgados a la espera de que alguien pregunte "usted que hace aquí" y les digas llegue a las 10 de la noche y son las 4 de la mañana. Al final, con un poco de suerte suben a planta al enfermo a las 6 de la mañana y lo instalan en una habitación con otro enfermo del que no conocemos absolutamente nada. Es curioso que en el año 2008, 30 años después de aprobar la Constitución Española, nuestra sistema sanitario siga como entonces en ese aspecto, compartiendo habitación con otro enfermo y otros acompañantes, sin intimidad y con el riesgo de contraer infecciones. Hasta mi hija se extraño al conocer que su abuelo estaba en el hospital con otra persona en la habitación, tiene toda la razón para tener 10 años, porque es de sentido común, pero claro, es que en estos últimos 30 años no han hecho un solo hospital nuevo en Valencia, tan solo el 9 de Octubre y es privado, como al PP le gusta la sanidad. Hay que tener mucha cara para sacar pecho de lo buena que es la gestión de la Agencia Valenciana de Salud de la Generalitat Valenciana. Ni los socialistas, ni los populares, se han preocupado por la falta de medios de nuestra sanidad publica. Zapatero en Madrid y Camps en Valencia son las dos caras de una misma moneda, más falsa que Judas, y merecen ser echados de una patada en su excelentísimo culo; sin embargo hemos podido comprobar hace pocas semanas como el pueblo se deja engañar por estos manipuladores de tres al cuarto, seguramente es verdad aquello que dicen de que "cada pueblo tiene lo que se merece". Quería añadir como ejemplos de la nefasta gestión de la sanidad publica valenciana la cantidad de comida que diariamente se tira a la basura del menú de los enfermos por no tener una persona encargada en planta para encuestar el menú al paciente, no existir en cada turno de trabajo de enfermeras y auxiliares una supervisora que garantice el correcto desarrollo de los trabajos y finalmente es alarmante el altísimo numero de bajas por enfermedad y el personal que se tiene que contratar en precario para cubrir los puestos, así como otra cosa que me dejo boquiabierto fue cuando un medico me dijo que llevaba 3 meses sin librar un fin de semana y que las guardias son de 24 horas. Este país no tiene arreglo, o si lo tiene...... habra que buscarlo en otra forma de hacer las cosas.
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