Aunque hayan pasados algunos días del 14 de Abril, no quería dejar esta fecha histórica sin dedicarle al menos unas pocas lineas en este sencillo blog. Aquella república que nació el 14 de Abril pudo ser, pero no fue, la solución a muchos de los eternos problemas que sufría la sociedad española, en la que la pobreza, la desigualdad y la injusticia eran tan extensas como el propio territorio nacional y tan extremas que justificaban un profundo cambio en las estructuras sociales de nuestra Nación. La República que nació el 14 de Abril de 1931, nació tras el agónico final de la gloriosamente fenecida monarquía, que no tuvo ni tan siquiera un simple pelotón de alabarderos en su triste despedida. No voy a entrar en la polémica sobre quien gano aquellas famosas elecciones municipales, que se convirtió en un plebiscito de la izquierda a la monarquía, ante la cobardía habitual de la derecha. Aquella república que nacía con la esperanza de muchos, no tardo en convertirse en el fracaso de todos y acabo en el caos, la anarquía y lucha entre hermanos de una misma familia, de una misma región y de la misma nación. La peor tragedia de un pueblo es una guerra civil, Dios quiera que España no tenga que volver a enfrentarse a una encrucijada como aquella que tuvo lugar en 1936. No podemos olvidar la historia, pero tampoco podemos abrir heridas ya cerradas. La república seguramente es un buen sistema de gobierno, siempre que sea nacional y social, pero hoy día no es prioritario, por lo menos para mi, quitar una monarquía asumida por casi todos, como símbolo de unidad del Estado -junto a la Constitución de 1978-, para poner una república que nos pueda volver a enfrentar a los españoles en una peligrosa aventura.
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