Esta tarde por motivos profesionales he estado en el barrio de Ruzafa, era un tarde gris y calurosa de un mes de agosto atípico. En mi paseo haciendo tiempo entre una visita y otra he dado una vuelta por el viejo y valenciano barrio de Ruzafa, pero poco o casi nada tenia que ver con lo que era en mi juventud. Hoy, la mayoría de los vecinos que he visto por mi antiguo barrio son inmigrantes de todas las razas, países y procedencia, es una invasión silenciosa en la que conviven los inmigrantes con los jóvenes de aspecto progre, gente normal y mujeres y hombres ancianos que llevan toda su vida en Ruzafa. Los inmigrantes forman grupos en la puerta de bares, pastelerías o comercios, te miran al pasar, hablan entre ellos en su idioma y no entiendes nada de lo que dicen o piensan de ti, te da la extraña sensación de que eres un extranjero en tu propio país.
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