LA ESPADA Y LA BALANZA

En estos días hemos vivido en Paiporta el horror del asesinato de una joven de tan solo 23 años y las graves heridas de su compañera de trabajo de 29, a manos de un inmigrante de origen marroquí. Hay distintas tesis sobre el hecho, una vez descartado el robo, unos lo califican como de un acto de violencia de genero y otros como de un crimen por motivos sentimentales al no ser correspondido. En cualquier caso, el motivo es lo que menos nos debe importar. El Ayuntamiento de Paiporta ha anunciado que se personara como acusación particular en el juicio, sin embargo, el de Picaña, lugar de nacimiento de las jóvenes, se encuentra a la espera de la decisión de la familia. El "presunto" criminal, ya sabemos que hasta que un juez no dicte sentencia seguirá siendo "presunto", tiene un abogado que defenderá sus derechos e intereses, con el fin de conseguir la pena menor posible para su cliente. Estando así las cosas, parece que aun en el supuesto de que el asesino de esta joven sea condenado a 30 años, en el mejor de los casos podría cumplir solo 20, pero además con lo beneficios penales que el reo pueda obtener, me cuenta un abogado, que igual en 15 o menos años, este individuo estará de nuevo suelto en las calles dispuesto a cometer otro vil asesinato. Nuestra sociedad se encuentra indefensa, a la deriva, sin rumbo y en manos de unos políticos que su único interés es el de mantener su escaño y sus prebendas, sin importarles lo mas mínimo los problemas reales de los ciudadano. Ante la encrucijada en la que nos encontramos, un puñado de hombres y mujeres sin complejos, de lo políticamente correcto, tenemos que levantar la voz, imponer la fuerza de la espada y medir la justicia con el equilibrio de una balanza, para exigir el cumplimiento integro de la penas y la cadena perpetua como castigo ejemplar para los mal nacidos que hay en este país.